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Carmen tendrá que hacer malabares para ocuparse de su hija y de la Clínica. En cuanto a Elaia, se las tendrá que ver con Maritxu, que se opone a que contrate una nani pudiendo encargarse ella misma. Y respecto a la clínica, se enfrentará con Trini, ya que ambas quieren figurar en una prestigiosa revista y la manera de conseguirlo es tener la mejor caseta de la feria. La Feria de Abril llevará también a la cuadrilla hasta el sur, pero el plan terminará muy lejos de las vacaciones que habían imaginado. Y el motivo es que, junto con Jozé, las enfermeras y las vecinas, se verán envueltos en las peripecias de la caseta de la Híspalis en su rivalidad con la caseta de Trini. Por otro lado, Rafi seguirá tratando de ocultarle su secreta paternidad a Isabel, aunque cada vez le resulta más difícil porque Isabel tiene un ataque de celos. Lejos de su adorada feria, don Benjumea debe quedarse en el norte encargándose de que la incipiente carrera artística de Cristóbal no acabe en tragedia. Porque eso es lo que significaría para él que su hijo haga el mayor de los ridículos: un auténtico drama. También en el norte, Iñaki toma las riendas del Kaia, ahora como dueño, lo que reaviva las tiranteces con Gotzone. Sobre todo cuando él la acusa injustamente de haberle desobedecido, cuando la verdadera culpable no es otra que su prima Miren. Y es que el lado caradura de Miren empieza a aflorar cuando se apropia de una idea empresarial de Gotzone y la pone en marcha a espaldas de Iñaki.
