Entregado a celos por temor de que el tiempo gane la intención que te obliga a olvidar. Tarareo tatuaje al notar malos genios que me hacen hundir en el pecho golpes de voz. Busca un bosque espeso, ocúltate, que piensen que has muerto y déjales que se tiren del pelo entre sí. Y en mis manos he podido ver cuando estaba a punto de llorar, abrasando, juegos de amor. No sabes calamidad el precio que hay que pagar. No tienes calamidad artimañas para escapar. Sé que es muy difícil entender que el que calla otorga y no al revés, pues lo fácil es no callar. Dame suerte, falta me ha de hacer, que los días tristes llegarán y con ellos la soledad. No es a tí, es a mí a quien buscan por sobrevivir a las garras del león. Basta ya de fingir, no vale la pena enloquecer porque el tiempo quita y da la razón.
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