Corría el año de 1995, en Mayo de ese año acudí obligada por mis padres a un consultorio privado de la, en ese entonces, Clínica Peninsular, nunca sabré si los médicos que me atendieron lo hacían bajo conocimiento del dueño o en la clandestinidad, y creo que son pocas las personas que un día aceptarán que acudieron a dicha clínica a practicarse un legrado con la finalidad de abortar. Mi nombre es Tania, fui hija única de un matrimonio de clase media-alta de la Ciudad de Mérida Yucatán, siempre tuve lo que quise y hasta cosas que nunca llegué a pedir, mis padres tenían puestas grandes esperanzas en mí. Era la muñeca de Mamá y la dulce princesa de Papá Cursaba apenas segundo grado de la educación secundaria, no me preocupaba en absoluto el futuro, era feliz saliendo a pasear con mis padres, conviviendo con mis amigas y pasaba las tardes después de la escuela viendo televisión, escuchando
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