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En Europa, la actividad social vuelve a desarrollarse en el interior debido a las bajas temperaturas y la gente se contagia más fácilmente. Los viajeros que regresan de las vacaciones propagan el virus. La falta de una vacuna adecuada para los niños más pequeños también contribuye a nuevas infecciones. En muchos lugares el porcentaje de adultos no vacunados sigue siendo tan alto que vuelven a saturarse los hospitales.
