Nada es para siempre. Menos en política y menos aún en democracia. Pero hoy el obradorismo puede verse en un espejo retrovisor y notar que sus decisiones de gobierno comenzaron hace seis años pero se labraron desde hace muchos más. Hacer una mirada hacia el futuro podría ser un espejo simétrico donde, al menos, esos principios estarán un sexenio más como eje de gobierno, pero, como corriente ideológica, se han grabado ya un lugar permanente en la historia, con base en un movimiento que se ha construido gracias a muchos, pero que fue siempre encabezado por un personaje que, a diferencia de otros políticos, ejerció su liderazgo no mediante pedirle más a los demás, sino exigiéndose más que los demás. Así puede recordar la historia a López Obrador. Visita Facebook: Telegram: Twitter:
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