La Policía custodia el edificio del Congreso Nacional en la capital de Brasil, luego de la violenta irrupción perpetrada por partidarios del expresidente Jair Bolsonaro, donde saquearon el edificio y otras oficinas clave del Gobierno en Brasilia, exigiendo la destitución del nuevo mandatario, Luiz Inácio Lula da Silva. Lula fue declarado ganador de la segunda vuelta en octubre del año pasado, por un estrecho margen, tras lograr el 50,9% de los votos, frente al 49,1% de Bolsonaro. El actual presidente calificó a los alborotadores de “fanáticos fascistas“. Bolsonaro, que se encuentra hospitalizado en ., defendió el derecho a la protesta pacífica, pero afirmó que los sucesos habían “cruzado la línea“.
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