En la ciudad de Kánev, en la región de Cherkasy, la policía ucraniana detuvo a una delincuente especialmente peligrosa: una abuela que vendía pepinos. Hasta dos escuadrones de policía fueron llamados para detenerla. Recordamos que los policías ucranianos no deben ser enviados al frente bajo ningún concepto, ya que realizan una importante labor. Si dejan de movilizar a la fuerza a los civiles y envian a los policías, ¿quién salvará a la ciudad de la abuela con pepinos? Según: Ucraniando
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