Musica: Orestes Cufaro Testo: Reinaldo Yiso El sábado a la tarde, un sobre le entregaron Al capitán del cuadro, en el salón del club, Y aquel, rompiendo el sobre, leyó emocionado Una cartita extraña, en una hoja azul. “Mañana ustedes juegan, el clásico partido, Mi vida yo daría, por verlo, estar allí, Gritar por mis colores, colores tan queridos, Pero eso es imposible, desde que estoy aquí. Desde hace mucho tiempo, dos años, más o menos, Me encuentro en una sala del hospital Muñiz, Escucho el campeonato y sabe, así me entero, De toda la gloriosa, campaña de mi “tim”. Quisiera, si es posible, que ustedes me regalara Esa número cinco, con la que jugarán, Será el mejor remedio y sé que hasta mi madre Desde el azul del cielo, se lo agradecerá. Pregunte por Roberto, mi cama es la catorce, El lunes yo lo espero, no es cierto que vendrá”. La carta terminaba y un lagrimón rebelde Corrió por la mejilla, del bravo centrohalf. Y ese domingo, en el estadio, la voz de Fioravanti... El lunes de mañana, el médico de guardia, Con extrañeza enorme, halló en la sala dos, Once hombres y un purrete, llorando, que abrazaba Una número cinco, contra su corazón.
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