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Dracula: A Love Tale – Luc Besson, 2025 Luc Besson regresa al cine con un proyecto inesperado: una relectura del mito de Drácula desde un ángulo romántico y contemporáneo. Dracula: A Love Tale no es una adaptación literal de la novela de Bram Stoker ni tampoco una revisita gótica al estilo clásico, sino un híbrido donde el vampiro es despojado de parte de su aura monstruosa para transformarse en una figura trágica, marcada por la soledad y la búsqueda de redención a través del amor. La película se apoya en la estética inconfundible de Besson: un uso intenso de la fotografía digital, juegos de luces azuladas y rojas, y una construcción visual que alterna lo onírico con lo espectacular. En este sentido, hay una continuidad con su cine anterior, sobre todo con The Fifth Element y Lucy, donde la fantasía y la estilización visual dominan el relato por sobre cualquier apego al realismo. En Dracula: A Love Tale, esa apuesta estética se combina con escenarios góticos reinventados, castillos que parecen extraídos de un videojuego de alto presupuesto y secuencias de acción estilizadas que recuerdan más al cine de superhéroes que al terror clásico. El guion, escrito por el propio Besson, coloca en el centro la relación imposible entre Drácula y una joven marcada por un destino fatal. Aquí no se trata de un simple romance condenado, sino de la pregunta por la posibilidad de la salvación. El vampiro, inmortal y condenado a la oscuridad, ve en el amor una vía de redención, pero al mismo tiempo su naturaleza lo empuja hacia la destrucción. La tensión entre deseo y condena atraviesa toda la película, con diálogos que oscilan entre lo solemne y lo ingenuo, algo característico en la escritura de Besson. En el plano actoral, la película se sostiene en la presencia magnética del intérprete de Drácula (cuya performance se ha destacado en la prensa por su mezcla de seducción y vulnerabilidad) y en la química con la protagonista femenina, que encarna tanto la inocencia como la fuerza. El resto del elenco cumple con roles secundarios que orbitan alrededor del conflicto central, sin demasiada profundidad dramática. Lo más interesante del film radica en cómo Besson logra transformar una historia que podría haberse limitado al melodrama romántico en una reflexión visual sobre la eternidad, el sacrificio y la imposibilidad del amor absoluto. Sin embargo, la apuesta estética y narrativa no está exenta de riesgos: algunos críticos señalan excesos visuales, cierta superficialidad en el desarrollo de personajes y un tono que bascula entre lo poético y lo kitsch. Dracula: A Love Tale es un regreso ambicioso de Besson, con todos los rasgos de su cine: espectacularidad, romanticismo exacerbado, exceso estilístico y un gusto por lo visual que a veces se impone sobre la narración. Puede no convencer a los puristas del mito vampírico, pero ofrece una experiencia singular, una fábula romántica con el sello inconfundible de su autor.
